Cuando planeaba la segunda entrada de mi blog pensaba, es febrero, necesito un tema súper cursi pero no quiero hablar del amor al Pole. Así que voy a hablar de la amistad al fin que en el estudio hay mucha buena vibra y me dije ¡Esto se escribe solo! ¡Ganando como siempre!. Pero hace unos días en medio de una plática profunda de fin de semana me preguntaron: Si no tuvieras un estudio de Pole ¿A qué te dedicarías?
Para los que aún se niegan a leer la web page del estudio 😠 soy maestra de danza clásica; bailé, tomé clases de ballet desde los 5 años y como la princesa que soy siempre soñé con tener mi propia academia, ya saben, una explosión de color rosa y zapatillas por todos lados. La vida me llevó por un camino diferente, uno un poco más rudo y sexy pero que no cambiaría por nada. 💪
Regresando a mi platica profunda, eso nos llevó a más preguntas y llegamos a ¿qué es lo que me gusta de dar clases de Pole? Y una de las mejores razones que yo encuentro para dedicarme a esto se puede resumir en que amo formar parte del proceso de cambio que es ir a clases de Pole. Yo en el estudio veo como día a día crece el amor de mis alumnos hacia sí mismos, amo ver como a mi PoleRocker que al principio le costaba mucho trabajo hacer las inversiones o mantenerse arriba del pole ahora sonríe cada vez que puede hacerlo sin ayuda, amo estar presente cuando las chicas por primera vez se quitan la blusa sin pena para quedarse con un top deportivo, amo ese momento donde el estudio se vuelve un lugar seguro donde no importan los kilos de más o las estrías, solo importa que hay una secuencia que hacer y tú puedes lograrlo. Cuando llegan a clase muertas de pena me encantaría gritarles que a mi no importa esa lonjita de más que se les ve, que la verdad yo solo veo líneas correctas y cuando hacen sus horribles pies de tamal (¡sus puntaaaaaass!), pero es un proceso que todos deben pasar a su tiempo y realmente mi trabajo es estar ahí para ustedes, recordándoles que tienen que hacerlo igualito del otro lado. 😈
El ballet siempre será mi primer amor, el que forjó las bases para lo que soy, pero el pole me dio la confianza y me enseñó a amarme por lo que puedo lograr, porque si de algo sí puedo presumir es que amo mi trabajo. Así que este blog sí terminó hablando del amor, pero no de amor por el deporte si no de amor propio.
Besos #PoleRockers.
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